Algún día acabarás eligiendo la soledad. No es narcisismo, ni mucho menos egoísmo, pero si nadie se atreve a luchar contigo, agradeces que no sigan rompiéndote.
Las abiertas no te dicen gran cosa: entras o sales. Las cerradas tienen su misterio, aunque casi siempre prometen más de lo que dan. Con las entreabiertas hay que tener mucho cuidado, suelen ponerse irresistibles.
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